Los trece textos aquí reunidos fueron presentados en el ciclo que el centro de estudios Textes et Cultures de la Universidad de Artois dedicó al tema Novela gráfica y franquismo (2000-2020). Este ciclo se desarrolló en tres partes: un seminario doctoral en 2018, un segundo seminario doctoral en 2019 y un congreso internacional celebrado los días 11-13 de marzo de 2020. Los textos publicados abarcan un amplio abanico de temas y obras y toman en cuenta los comentarios y los debates que se llevaron a cabo a lo largo de ese ciclo de actividades.
Numerosos son los estudios acerca de la gran presencia mediática que historietas, cómics, tebeos, novelas o relatos gráficos tuvieron en España durante los largos años del franquismo. Los sistemas de producción y la tecnología editorial que caracterizó esos años tenían en las publicaciones gráficas uno de sus máximos exponentes. Un tebeo apasionaba tanto entonces como apasionaron en épocas posteriores ciertos programas de televisión o, más tarde, los videojuegos. El gran espacio cultural y mediático que ocupaban las historietas en la época franquista no ha sido mayor en otra época en términos relativos, es decir, en términos comparativos respecto de la importancia que tienen otros géneros en un mismo contexto. Cierto es que la televisión (en blanco y negro) estaba ya extendida en los hogares españoles en los años del tardofranquismo, pero, si consideramos toda la época franquista en general, son preponderantes la relevancia y la cantidad de publicaciones gráficas frente a otras formas de cultura popular. Esta relevancia explica el especial control que las autoridades franquistas ejercieron sobre el medio. Los tebeos se usaban para difundir ideología franquista y falangista, como en la célebre Flechas y Pelayos, fusión de las publicaciones infantiles falangista (Flechas) y carlista (Pelayos). Cierto es también que ese tipo de publicación no era lo que más atraía a los niños, que preferían historietas de diversión y de acción como la celebérrima El Guerrero del Antifaz, aunque en muchas familias estuviesen obligados a leer también Flechas y Pelayos, por lo menos hasta 1949, año en que dejó de publicarse por lo poco que se vendía ya. La multitud de títulos y de formatos que se editaron durante el franquismo, liderados por las principales publicaciones de TBO, Bruguera y Editorial Valenciana debían ceñirse a la moral católica y a la doctrina del régimen y no podían sobrepasar los límites impuestos por la censura, lo que ha conducido tradicionalmente a la idea de que la calidad de las historietas del franquismo era baja. Si esas historietas no podían servir por definición para educar a los jóvenes en valores plenamente democráticos y mucho menos republicanos o laicos, sería, sin embargo, erróneo minimizar la relevancia mediática que el género jugó en el panorama cultural popular durante el franquismo, dado que las historietas se vendían y se compartían muchísimo, como las novelas “de a duro” para adultos.
Si el estudio de los tebeos publicados durante el franquismo ha sido objeto de importantes trabajos y síntesis prácticamente desde que empezó la Transición y hasta hoy día, hay que constatar que en los últimos veinte años se ha desarrollado un interés destacado por dedicar historietas a diversos aspectos de la época franquista. Si entre los dibujantes con inquietudes históricas desde la llegada de la democracia se despertó primero el interés por recuperar la Guerra Civil en el cómic, como demuestran las numerosas obras existentes, estudiadas por Michel Matly en El cómic sobre la Guerra Civil (2018), en los últimos veinte años se ha desarrollado algo que habría sido impensable en los años de la Transición: un gran interés por recuperar también la época franquista, por explicarla y por revivirla a través de uno de los géneros que más contribuyeron al mantenimiento tan prolongado de la cultura popular bajo el franquismo. Dibujantes y guionistas de generaciones bien separadas en el tiempo se han interesado por esta época o por alguna de sus fases desde diferentes puntos de vista y con intenciones y estilos naturalmente muy diversos también, como demuestran los estudios publicados en el presente volumen.
Tras dos décadas de progresivo interés por este periodo, que no deja de crecer entre dibujantes y lectores, se hacía necesario hacer un balance de este fenómeno editorial que responde a diversas motivaciones, como veremos. Muchos son los artículos que han abordado ya diversos aspectos de esta ingente producción en diversas publicaciones, pero nos parecía especialmente necesario organizar un ciclo de conferencias en torno a este tema que diese pie a una serie de intercambios prolongados entre diferentes estudiosos que pudiesen compartir y someter a la mirada de los demás sus análisis, puntos de vista, reflexiones y conclusiones. De este modo, creemos haber ofrecido un marco fértil que ha estado abierto durante tres años y publica ahora sus resultados.
Como en todo volumen colectivo, podrán sentirse algunas lagunas en la ausencia de ciertos autores o de ciertas obras, o quizá el tratamiento de algunas obras pueda parecer insuficiente a algunos, pero estas inevitables imperfecciones no nos eximen de ofrecer este conjunto de trabajos que estudian en profundidad ciertas obras que han marcado el género junto a otras que era necesario destacar de un tema que resulta apasionante, ya que, además de la calidad artística de muchas producciones, el franquismo es en ellas valorado, explícita o implícitamente, como una etapa de la Historia de España cuya sombra se alarga mucho más de lo que podría pensarse, incluso entre jóvenes autores que no lo vivieron pero lo recrean mediante la representación de ciertas memorias ideológicas que en algunos casos son familiares y dan cuenta de la “presencia”, pongámoslo entre comillas, de mentalidades, modos y costumbres de la época franquista en la época actual, dado que en España no hubo una verdadera ruptura con la sociedad del régimen franquista durante la Transición. No queremos decir que si hubiese habido la para muchos ansiada ruptura o que si España fuese de nuevo una república la historieta del siglo XXI no se habría interesado por el franquismo, pero parece claro que la influencia políticocultural del franquismo en la sociedad actual explica el fuerte interés que se localiza en el medio del relato gráfico por “volver” a esa época sin una lógica partidista o revanchista sino más bien didáctica o simplemente cultural, lo que no quiere decir tampoco que no haya puntos de vista políticos o que no haya obras que elogien la resistencia al franquismo o que toquen temas específicamente políticos, como demuestran algunos de los trabajos del presente volumen. Resulta especialmente interesante, en todos los casos, la perspectiva graficonarrativa que da cuenta de esa distancia entre el marco histórico elegido y el momento en que se dibuja (que suele aparecer como “momento de la narración” diegético), así como la influencia que la perspectiva adoptada en algunas obras particularmente relevantes de estos últimos veinte años ha ejercido en otras. Asimismo, no es solamente en el mundo del relato dibujado en el que se ha producido un fuerte interés por la época o por temas franquistas. Otros medios como el cine o la televisión han dado cuenta también de este fenómeno de recuperación cultural, como anteriormente se hizo con la Guerra Civil, pero la novela gráfica ha destacado especialmente estos últimos años por su libertad de tono, su independencia o individualismo, su gran creatividad y calidad artísticas, y ha marcado el camino, habiendo dado pie varias obras, de hecho, a adaptaciones audiovisuales.
No podemos dejar de agradecer a la Universidad de Artois, y especialmente al centro de estudios Textes et Cultures, los importantes fondos destinados a la organización de este ciclo de actividades que se materializa ahora en este volumen colectivo. Agradecemos profundamente a los autores sus contribuciones y su implicación en este proyecto.
Jaime CÉSPEDES
Univ. Artois, UR 4028, Textes et Cultures, F-62000 Arras France